viernes, 20 de marzo de 2015

SANTO ROSARIO DE LIBERACION SAN BENITO ABAD 2




Benito de Nursia, conocido como San Benito,
nació en Nursia, cerca de la ciudad italiana
de Spoleto, 480 – Montecasino, 547.
Fundó la orden  de los benedictinos
 y es considerado patrón de Europa.

 Benito escribió una Regla para sus monjes que
 fue llamada "La Santa Regla" y que ha sido
 inspiración para los reglamentos
de muchas otras comunidades religiosas.
Su hermana gemela, Escolástica, también alcanzó
 la santidad. Después de haber recibido en Roma
 una adecuada formación, estudiando
 la retórica y la filosofía, se retiró de la ciudad
a Enfide, para dedicarse
 al estudio y practicar una vida de rigurosa
disciplina ascética.

 No satisfecho de esa relativa soledad, a los 20 años
 se fue al monte Subiaco bajo la guía de un ermitaño
 y viviendo en una cueva.

Su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz
con la que hizo muchos milagros.

 Fue un poderoso exorcista.
 Este don para someter a los espíritus malignos
 lo ejerció utilizando como sacramental la famosa
 Cruz de San Benito.

San Benito predijo el día de su propia muerte,
que ocurrió el 21 de marzo del 547, pocos días
 después de la muerte de su hermana,
santa Escolástica. Desde finales del siglo VIII
 muchos lugares comenzaron a celebrar
su fiesta el 11 de julio.




SIGNIFICADO DE LA MEDALLA DE SAN BENITO



Explicación del anverso
En las antiguas medallas aparece, rodeando 
la figura del santo, este texto latino 
en frase entera:
 Eius in óbitu nostro preséntia muniámur.
 "Que a la hora de nuestra muerte, nos proteja 
tu presencia".
 En las medallas actuales: 
Crux Sancti Patris Benedicti, 
o todavía, más simplemente,  la inscripción: 
Sanctus Benedictus.




Explicación del reverso

En cada uno de los cuatro lados de la cruz: 
C. S. P. B. Crux Sancti Patris Benedicti.
 Cruz del Santo Padre Benito
En el palo vertical de la cruz: 
C. S. S. M. L. Crux Sácra Sit Mihi Lux.
 Que la Santa Cruz sea mi luz
En el palo horizontal de la cruz:
 N. D. S. M. D. Non Dráco Sit Mihi Dux. 
Que el demonio no sea mi jefe
Empezando por la parte superior, 
en el sentido del reloj: 
V. R. S. Vade Retro Satána.
 Aléjate Satanás 
 N. S. M. V. Non Suáde Mihi Vána. 
No me aconsejes cosas vanas
S. M. Q. L. Sunt Mála Quae Libas. 
Es malo lo que me ofreces 
 I. V. B. ípse Venéna Bíbas. 
Bebe tú mismo tu veneno
En la parte superior, encima de la cruz 
suele aparecer unas veces la palabra 
PAX
 y en las más antiguas 
IESUS



Historia de la medalla

No cabe duda que la medalla de San Benito
es una de las más apreciadas 
por los fieles.
 A ella se le atribuyen poder y remedio, ya sea
contra ciertas enfermedades de hombre y animales,
ya contra los males que pueden afectar
 al espíritu,
como las tentaciones del poder del mal.


 Es frecuente también colocarla en los cimientos
 de nuevos edificios
 como garantía de seguridad
y bienestar de sus habitantes.

       El origen de esta medalla se fundamenta
en una verdad y experiencia
 del todo espiritual
 que aparece en la vida de san Benito tal como 

nos la describe el papa san Gregorio en el Libro II
 de los Diálogos.


 El Padre de los monjes usó con frecuencia
del signo de la cruz como signo
 de salvación,
de verdad, y purificación de los sentidos.

 San Benito quebró el vaso que contenía veneno
con la sola señal de la cruz
 hecha sobre él.
Cuando los monjes fueron perturbados por el maligno,

 el santo mandó que hicieran la señal de la cruz
sobre sus corazones. 


Una cruz era la firma de los monjes en la carta
 de su profesión cuando
 no sabían escribir.
Todo ello no hace más que invitar a sus discípulos

 a considerar la santa cruz como señal bienhechora 
que simboliza la pasión salvadora del Señor, 
por la que se venció el poder del mal y de la muerte.

La medalla tal como hoy la conocemos, se puede 
remontar al siglo XII o XIV
 o quizá a una época anterior y tiene su historia. 

En el siglo XVII, en Nattenberg -Baviera-, 
en un proceso contra unas mujeres acusadas 
de brujería, ellas reconocieron que nunca habían
 podido influir malignamente contra el monasterio benedictino de Metten porque estaba protegido
 por una cruz. 

Hechas, con curiosidad, investigaciones sobre esa cruz, 
se encontró que en las tapias del monasterio se hallaban pintadas varias cruces con unas siglas misteriosas 
que no supieron descifrar. 
Continuando la investigación entre los códices 
de la antigua biblioteca del monasterio, se encontró
 la clave de las misteriosas siglas en un libro
 miniado del siglo XIV. 

En efecto, entre las figuras aparecía una 
de san Benito alzando en su mano derecha una cruz 
que contenía parte del texto que se encontraba 
sólo en sus letras iniciales en las astas cruzadas
 de las cruces pintadas en las tapias del monasterio
 de Metten, y en la izquierda portaba una banderola
 con la continuación del texto que completaba 
todas las siglas hasta aquel momento misteriosas.

Mucho más tarde, ya en el siglo XX, se encontró
 otro dibujo en un manuscrito del monasterio 
de Wolfenbüttel representando a un monje que 
se defiende del mal, simbolizado en una mujer
 con una copa llena de todas las seducciones del mundo.

 El monje levanta contra ella una cruz que 
contenía la parte final del texto consabido.
 Es posible que la existencia de tal creencia
 religiosa no sea fruto del siglo XIV sino muy anterior.

Benedicto XIV, en marzo de 1742, aprobó 
el uso de la medalla que había sido tachada 
anteriormente, por algunos, de superstición.
 Dom Gueranger, liturgista y fundador 
de la Concregación Benedictina de Solesmes, 
comentó que el hecho de aparecer la figura 
de san Benito con la santa Cruz, confirma la fuerza 
que su signo obtuvo en sus manos.
 La devoción de los fieles y las muchas gracias 
obtenidas por ella es la mejor muestra 
de su auténtico valor cristiano.

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